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Aprendices, becarios y trabajo precario

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CCOOGuillermo


CCOO ha editado una guía sobre prácticas en la empresa "Aprendices, becarios y trabajo precario", destinada a informar a los jóvenes en prácticas de sus derechos y facilitar a los delegados sindicales una herramienta para evitar los abusos que sufren los jóvenes en las empresas y administraciones públicas.

Una de las "respuestas" que se dan al elevado desempleo juvenil (en nuestro país, 1 de cada 2 jóvenes está desempleado) son las prácticas, tanto en empresas privadas como en la administración pública, vinculadas a la formación o a programas de inserción laboral. Sin embargo, han denunciado, con demasiada frecuencia estas prácticas que no suponen relación laboral dirigida a jóvenes en formación o desempleado/as se usan para cubrir puestos de trabajo laborales.

Alrededor de 1.250.000 personas jóvenes pueden beneficiarse o ser víctimas de la utilización fraudulenta de las prácticas. El abuso, trabajar sin cobrar o cobrando poco, se ve facilitado por la existencia de al menos 11 modalidades de prácticas, a las que hay que sumar diversos programas de las comunidades autónomas y las iniciativas de grandes empresas que, bajo el paraguas de la responsabilidad social promueven programas de prácticas, habitualmente para jóvenes con formación universitaria, sobre las que hay poco o ningún control.

Para CCOO, es urgente que las declaraciones sobre la preocupación por la situación de los jóvenes se concreten en una legislación transparente, estable y que garantice que no se produzcan abusos a cuenta de su cualificación o de la falta de empleo.

Con ese mismo objetivo, el sindicato ha editado la guía sobre las prácticas, que recoge los derechos y obligaciones de la persona en prácticas. Asimismo, pone a disposición de sus delegados una herramienta que complementa el servicio de asesoramiento online sobre formación dual y prácticas en la empresa (https://www.forem.es/asesoria-formacion), para defender mejor a los jóvenes y reducir la precariedad, garantizando que las prácticas se adecuan a sus objetivos y no sustituyen empleo.

Muchos jóvenes deciden hacerse autónomos porque las empresas les obligan a facturar así si es que quieren disponer de algún ingreso a final de mes. Como otros muchos se ven obligados a desarrollar su trabajo como becarios, en ocasiones sin ninguna contraprestación económica, con la esperanza en que ese abuso acabe derivando con el paso del tiempo en un contrato, por precario que sea. Pero para aludir a estas situaciones, padecidas por miles de jóvenes, no cabe hablar de libertad, sino de pura explotación que deriva (como el resto de facetas de la precariedad) en que el 36,4% de los españoles de entre 16 y 29 años se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social.
Desde CCOO denunciamos la precariedad en la que vive instalada la juventud trabajadora.